viernes, 8 de abril de 2011

Vampiro interior

Ruidos después fui cómplice de mi gato, cual cuidador de un vampiro. Un ratón se las ingenió. —Puedes pasar —pensé al dejar entrar al gato. Nuestro vampiro interior no es aquél inquilino que nos roba el flujo vital, es aquella parte de nosotros mismos que bajo nuestro consentimiento toma algo que no nos pertenece, cómplices internos que sangran nuestra vida. La naturaleza del gato me hizo ver mi vampiro interior… por esta ocasión, el ratón escapó.

Contribuyentes